¿Qué es la generosidad?

Fecha: 01/10/2020

Una crisis es un tiempo para el cambio, para la reflexión, para la mejora. Tras el COVID-19, hemos vivido momentos en los que se nos ha animado a no compartir, a mantener cierta distancia social, a salir de casa lo menos posible; aunque resulte paradójico e incluso imposible, la generosidad es el arma, y sigue siéndolo, para que la pandemia no acabe convirtiéndonos en seres egoístas, insolidarios e insociables. 

La generosidad es dar a los demás lo mejor

La generosidad es la capacidad de las personas para darse a los demás sin esperar obtener nada a cambio. La generosidad es darse, no solo dar. Va más allá de compartir bienes materiales, también es ofrecer ayuda, aliento, compañía y tiempo. 

Hasta ahora puede ser que nos hayamos centrado más en la virtud que se ve desde fuera, pero las circunstancias recientemente vividas nos dan la oportunidad de crecer para adentro, para poder sacar lo mejor de nosotros mismos y de los demás. 

''Nunca habíamos tenido tanto tiempo para estar con nuestra familia, y es precisamente en la familia donde reside la primera educación de los hijos, donde se inculcan los valores, principios y virtudes humanas, como la generosidad''.

Margarita Pavía.

Si tratamos de  atender a los demás, cuidando esos detalles que nunca se olvidan, con los miembros de nuestra familia y estando pendientes de ellos en todo momento, estaremos favoreciendo la creación de un hogar en el que prima la alegría, la ternura, el afecto y la generosidad.  Una vez se ha conseguido esto dentro de la persona, se puede trasladar fuera, en el colegio o con los amigos.

La pandemia de la generosidad

Ahora que la tecnología ha aterrizado en nuestras vidas, corremos el riesgo de ser “absorbidos” por este mundo interesante en su totalidad. En un momento en el que se fomenta la comunicación con el de fuera, no hay que olvidar la comunicación directa con los que tenemos más cerca. Determinar tiempos de uso de la tecnología o aprender a compartir los dispositivos nos pueden ayudar a no perder de vista aspectos importantes como el saber escuchar o el estar pendientes de los demás.

Por otra parte, la situación que hemos vivido con la pandemia nos ayuda a valorar más el tiempo que pasamos con los demás, a valorar la presencialidad. Aprovechemos esos momentos que tenemos para darnos a los demás, para estar pendientes de sus necesidades y cubrirlas en la manera de lo posible. Porque el hacer felices a los demás se traduce en la felicidad personal, y una persona feliz irradia alegría, paz, confianza y amistad. ¿Qué mejor manera de ser generoso que ésta?

No hay más que mirar a nuestro alrededor y observar la infinidad de actos de solidaridad que han derivado de esta pandemia. Los retos llevan a la reflexión y la reflexión a hacerse cargo de lo que nos rodea.

Comedores sociales como en el que estuvieron las alumnas más mayores del Colegio en Vallecas, iniciativas de voluntariado, donativos, casas de acogida, etc. Son solo algunos de los miles de ejemplos que nos llevan a pensar y a afirmar que, efectivamente, nos encontramos ante la pandemia de la generosidad. 

La solidaridad en Orvalle

En Orvalle contamos cada año con una acción solidaria común a todo el alumnado y personal del colegio. Con esta acción logramos adquirir una mayor sensibilidad con el sufrimiento ajeno, mediante una necesidad objetiva real que interpela y provoca el compromiso personal para su mejora. De esta forma el alumnado adquiere desde edades tempranas esa conciencia social y de servicio a la sociedad que consideramos fundamental.

Nueve consejos para vivir la generosidad

  1. Dar con alegría mostrando siempre lo mejor de nosotros mismos, siendo positivos, sabiendo escuchar y sonreír, aunque nos sintamos mal.
  2. Compartir nuestro buen hacer en las tareas de casa y del colegio con ejemplaridad, por la alegría que en el gusto por el trabajo bien hecho.
  3. Compartir lo que es valioso para mí.
  4. Guardar parte de mi dinero o de mis cosas para ayudar a quien lo necesite.
  5. Compartir mi tiempo ayudando o escuchando con atención a mi familia, compañeras de clase, profesoras o cualquier otra persona, aunque yo tenga otras cosas que hacer o realmente no me interese mucho lo que dicen o hacen.
  6. Estar siempre pendiente de las necesidades de cada uno de los conviven en casa, en el colegio, trabajo, más que de las mías.
  7. Ayudar sin que me lo pida nadie.
  8. Cuidar y valorar todas las cosas materiales que tengo, por ejemplo, el material para trabajar: cuadernos, Chromebook, libros, el uniforme, etc.
  9. Hacer cada día algo bueno por los demás, buscando siempre el bien de los que me rodean.

Artículo escrito por Margarita Pavía, profesora Primaria del Colegio Orvalle

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