La preocupación por la educación en iniciativa emprendedora no es reciente. En ámbitos internacionales y europeos se ha abordado desde dos entornos diferentes: educación y empresa. La competencia aprender a emprender significa creatividad, innovación e iniciativa emprendedora en el contexto educativo. A emprender se aprende y la actitud emprendedora se educa. Las iniciativas que tienen un impacto mayor sobre los alumnos son aquellas que les acercan a situaciones y desafíos de la vida real. A la vez que estimulan su iniciativa y creatividad, les ayuda a comprender el mundo en el que se desenvuelven y les implica desde niños en su transformación.

Es por ello que, iniciativas como la que realizan las alumnas de Primaria con la Fundación Créate creando nuevas ideas que cubran necesidades puntuales de la sociedad, les ayuda a desarrollar competencias que necesita adquirir un emprendedor: detección de oportunidades, creatividad e innovación, toma de decisiones, comunicación, trabajo en equipo, capacidad de liderazgo, gestión de proyectos, etc. Aprender de forma práctica y desde muy pequeños cómo funciona el mundo real y laboral, dota a nuestros alumnos de estrategias y recursos para enfrentarse al futuro universitario y profesional.