En Orvalle creemos que el verdadero potencial de la tecnología educativa está en su capacidad de enriquecer el aprendizaje, siempre al servicio de un propósito pedagógico claro.
Durante años hemos analizado su papel en nuestras aulas, valorando beneficios y también riesgos, para tomar una decisión equilibrada.
En 2021, el colegio incorporó el uso de dispositivos digitales como herramienta de apoyo en el aprendizaje. Esta decisión, acelerada por la pandemia del Covid, respondía a la nueva ley educativa, que exige desarrollar competencias digitales dentro de las asignaturas, y también a la necesidad de preparar al alumnado para una sociedad digitalizada.
Desde el principio, se apostó por una implementación equilibrada, manteniendo el uso de libros en papel, escritura manual y un uso ajustado y progresivo de los dispositivos según las etapas educativas.

Y estos fueron los principales beneficios y desafíos que recogemos tras esta implantación.
A partir del curso 25/26, el uso de la tecnología en Orvalle seguirá un modelo aún más intencional, supervisado y pedagógicamente justificado, que aproveche los elementos pedagógicamente válidos. Estas son las nuevas directrices.
Sin dispositivos, salvo pizarra digital 45 min/semana.

Primaria I: Solo 1h/semana de robótica.
Primaria II: Uso puntual de Chromebooks compartidos (presentaciones, trabajos en grupo) + 1h de robótica.

Sin Chromebook individual. Uso solo en clase con carritos de dispositivos y bajo supervisión. Sin tareas digitales en casa.

Dispositivo individual por alumna (también en casa). Preparación para universidad con equilibrio entre digital y analógico.

*Todos los dispositivos cuentan con la herramienta de protección Lugus, que evita el acceso a contenidos inapropiados y permite al profesorado monitorizar la actividad online.
El cultivo de las humanidades —la lectura comprensiva, la escritura, la filosofía, la historia, el arte— es fundamental para formar personas críticas, reflexivas y con criterio propio. Por eso en Orvalle seguimos apostando por una formación que equilibra competencias digitales con sabiduría analógica.
La tecnología se usa solo cuando aporta valor real.
También enseñamos a las alumnas a:

Convivir con la tecnología de forma responsable, crítica y saludable.

Proteger su privacidad.

Filtrar información.

Valorar el trabajo manual.

Desarrollar competencias personales más allá de la pantalla.

Capacidad de desconectarse voluntariamente.

Reconocer cuándo la tecnología suma y cuando resta.
En Orvalle, priorizamos el desarrollo individual de cada alumna. El uso de la tecnología no sustituye la atención personalizada ni el acompañamiento pedagógico, sino que se adapta al ritmo y necesidades de cada etapa y cada persona.
Agradecemos a las familias su confianza constante, y contamos con vuestra colaboración para seguir formando, junto a vosotros, mujeres libres, responsables y preparadas para afrontar los retos del mundo actual.
Ser ejemplo de equilibrio digital.
Normas claras según edad y madurez.
Evaluar si realmente necesita un dispositivo conectado.
Acompañar y dialogar sobre hábitos online.
Fomentar ocio saludable: lectura, arte, deporte.
Colaborar con el colegio y sus decisiones pedagógicas.
Crear espacios de diálogo sobre la vida digital.
Controlar tiempos de pantalla y descanso.
Evitar sobreexposición en redes sociales.
Enseñar a verificar la información y no difundir bulos.
En Orvalle trabajamos para que la tecnología sea una aliada educativa, equilibrada y con sentido.
Queremos que cada alumna desarrolle autonomía, pensamiento crítico y bienestar en un mundo cada vez más digital.