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Crisis en el matrimonio: ¿Drama o parte del camino?

Crisis en el matrimonio: ¿Cuándo tengo que alarmarme?

Artículo escrito por Rocío Kindelán, que es, además de madre y antigua alumna de Orvalle, Abogada Rotal, Estudiante de Derecho Canónico, Socia Fundadora de ''Contigo me atrevo'', y autora del Programa ''Sursum Corda''.

Este artículo se ha publicado originalmente en su perfil de Linkedin.

El matrimonio es un viaje apasionante, pero no exento de desafíos. En algún momento, todos los casados atravesamos retos y dificultades con la clara sensación de ser superados… ¿Cómo saber si estamos ante una crisis normal o si realmente nuestro matrimonio está en peligro? Aprender a distinguir entre el drama innecesario y las señales de alerta, es clave para fortalecer nuestra relación.

¿Qué es una crisis en el matrimonio?

Una crisis no es más que una situación de cambio, un punto de inflexión donde se pone a prueba nuestra capacidad de adaptación.

Por tanto, no es necesariamente algo malo. De hecho, tendremos experiencia probada de que una crisis bien gestionada, se convierte en oportunidad de crecimiento personal y matrimonial.

¿Crisis en el matrimonio o crisis personal?

Sin embargo, es fundamental identificar si estamos viviendo una crisis personal que afecta al matrimonio o si la crisis es propiamente matrimonial, porque no toda crisis personal significa que el matrimonio esté en peligro, aunque pueda influir en la dinámica de dos. En este sentido, conocerse, aceptarse y quererse, supone jugar con ventaja en el arte de aprender a amar.

¿Dificultad o fracaso matrimonial?

No es lo mismo atravesar una dificultad matrimonial que una “situación embudo” de fracaso matrimonial. El problema surge cuando las dificultades se prolongan sin resolución o cuando generan daño y distancia irreparables.

Una crisis matrimonial puede desencadenarse por innumerables motivos, tantos como los imprevistos, cambios, sorpresas o disgustos que nos ocurren en nuestro día a día. Factores como la relación con la familia política, la decisión tantas veces controvertida de abrirse o no a la vida, posibles problemas financieros, la educación de los hijos, el exceso de protagonismo del trabajo de uno o de ambos, la sensación constante de no llegar, la falta de comunicación, la participación mayor o menor de ambos en el desarrollo de la vida familiar, faltas de entendimiento y respeto en la vida espiritual y en la vida íntima matrimonial… pueden convertirse en fuentes de conflicto.

Nuestra actitud ante la crisis es determinante

Huir del drama, aceptar nuestra realidad y  llamar a las cosas por su nombre, nos ayudará a identificar lo que está ocurriendo con claridad y serenidad, dando la importancia adecuada a cada situación, sin trivializar y sin exagerar. Nuestra actitud ante la crisis es determinante.

El rango de normalidad de una crisis en el matrimonio

Y entonces… ¿cómo intuir el rango de normalidad de una crisis en el matrimonio? 

En el dinamismo de la vida matrimonial, se atraviesan distintos tipos de altibajos, con momentos especialmente delicados, como el propio viaje de novios, los primeros años de adaptación, el nacimiento de los hijos y los cambios lógicos de dinámica familiar, etapas valle de inercia y de desgaste, el momento del “nido vacío”...

Primer paso: ¡párate!

Pregúntate si la dificultad que estás viviendo es puntual o se puede estar cronificando. ¿Has intentado abordarla con una buena conversación desde el cariño y respeto, libremente sincera, dispuesta a comprender y perdonar?

"Una palabra dicha con amor y paz tiene el poder de transformar una situación difícil. La calidad de nuestras relaciones no depende solo de lo que decimos, sino de cómo lo decimos y del amor que ponemos en ello".

Jacques Philippe

En ella está la esperanza de continuar tu proyecto de dos, con soluciones concretas, realistas y compartidas, eso sí, despejando rencores, orgullos y balances emocionales.

Segundo paso: analiza si hay líneas rojas atravesadas

Hay ciertas líneas rojas como la dignidad, la unidad y la fidelidad que no debemos cruzar.

"El amor conyugal exige respeto mutuo. No puede haber verdadero amor donde hay humillación, manipulación o violencia, pues esto destruye la dignidad del otro".

San Juan Pablo II (Familiaris Consortio, 1981)

Faltas de respeto físicas o psicológicas, ausencia de funciones, falta de comunicación alargada en el tiempo, fracturas de confianza y compromiso, refugio en adicciones que provocan la merma de mi libertad o de mi  voluntad para querer… Cuando estas líneas se ven afectadas, es posible que estemos ante un problema matrimonial más serio. ¡Enfrenta sin miedo tu dolor para ser sanado!

Tercer paso: actúa

¿Cómo abordo una crisis en el matrimonio? Cada crisis tiene su propia dinámica y cada persona es un mundo… pero algunos consejos, son universales y siempre ayudan:

  • Ábrete a escuchar, a comprender y a aprender.
  • Acoge muchas veces el perdón para luego, saber perdonar.
  • Acepta que lo nuestro es la imperfección, ¡tú también eres imperfecto!: “El verdadero amor significa amar lo que no es perfecto. Cualquiera puede amar algo porque es admirable, pero amar a alguien a pesar de sus defectos, con sus peculiaridades y debilidades, ese es el verdadero milagro del matrimonio." G.K. Chesterton.
  • ¡Calma! Piensa y reza antes de actuar. De callar pocas veces te arrepentirás…
  • Déjate querer y acompañar humanamente por amigos, familia o profesionales que miren hacia tu Bien y tu Verdad, que en el caso del matrimonio, como dice el cardenal Angelo Scola: “consiste en un amor  efectivo, no solo afectivo”. Y, para los que vivimos nuestro matrimonio desde la fe, como misterio humano y divino, déjate querer y acompañar espiritualmente para descubrir la fuerza que sostiene y supera con creces nuestra capacidad individual.

Reconocer esto nos permite afrontar las crisis sin miedo, porque como dice Franco Nemibrini,“en el miedo, uno no aprende, se defiende de lo que debería aprender.” Habiendo identificado un sentido claro y con un espíritu humilde, agradecido, entregado y confiado, se va descubriendo a través de estas crisis, una vía de crecimiento personal y conyugal.


Si de alguna forma te has sentido identificado y tienes interés en crecer o necesitas recomponer un corazón herido y encontrar sentido al dolor, conoce el Programa Sursum Corda que empezamos el 22 febrero con el Colegio Orvalle. ¡Está abierto a todos! Encuentra más información en este enlace.

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